En 1914, Twort se dispone a identificar la evasiva "sustancia esencial" que permitiría al virus de la viruela, Vaccinia, crecer in vitro.
En ese tiempo, la vacuna de la viruela ya se utilizaba pero casi siempre contaminada con la bacteria Staphylococcus.
Twort propuso que la contaminación bacteriana podría ser la fuente de la "sustancia esencial" necesaria para la supervivencia del virus.
Twort publicó estos resultados en la revista The Lancet en 1915 y denominó a aquella "sustancia" que se contagiaba agente bacteriolítico.
También intentó utilizar este agente bacteriolítico como vacuna para ciertas enfermedades en humanos y animales sin éxito, tras lo cual, volvió a retomar su idea original de que los agentes bacteriolíticos precisan de una "sustancia esencial" sin la cual no pueden crecer.