De profesión educadora, se implicó en el feminismo porque los profesores tenían prohibido casarse.[6] Plamínková se convirtió en el empuje detrás de la presión checa y trabajó para crear la consciencia pública sobre la necesidad del derecho al voto.Aunque ninguna resultó elegida, esto fue repetido en elecciones subsiguientes y se fueron transformando en un símbolo del nacionalismo checo.[8] En 1912, Božena Viková-Kunětická, resultó elegida, convirtiéndose en la primera mujer electa por voto popular; aunque el gobernador invalidó el resultado, la elección les granjeó a ganó Plamínková y las feministas checas reconocimiento internacional.[10] Los intentos austrohúngaros de restringir las libertades y anular el nacionalismo checo durante Primera Guerra Mundial tuvieron el resultado opuesto, forzando a los exiliados a buscar la ayuda de aliados occidentales para presionar por una Checoslovaquia independiente.Como miembro del nacional-liberal Partido Socialista Checoslovaco, Plamínková participó en las primeras elecciones locales en 1919.[5] Utilizó sus capacidades de escritura para objetivos feministas más avanzados, publicando en Orbis,[15] una casa editorial fundada en 1923.Bednáříková-Turnwaldová era una escritor, editora y directora general del Consejo Nacional Checo (Národní Rada Česká) (NRČ),[22] una organización que se formó originalmente para integrar los intereses culturales de las minorías con los diferentes partidos políticos.[4][5] Cuando asistió al el Decimotercero Congreso del IWSA en Copenhague en 1939, sus amigos le instaron a que se quedase en el extranjero, temiendo por su seguridad.Rechazando estas sugerencias, creyendo que podía seguir trabajando por el pueblo checo desde casa.[28] Mientras todos los otros partidos políticos en oposición a los nazis fueron oficialmente prohibidos,[29] la Sociedad Nacional, siendo el único partido permitido, intentó convencer a Plamínková y al ŽNR de apoyar sus objetivos, pero rechazó la oferta, prefiriendo trabajar por los derechos civiles sin alinearse políticamente.[30] Entendiendo, de manera equivocada, su silencio político como oposición al cambio de Plamínkova, Karel Werner, periodista y simpatizante Nazi, escribió un artículo en Polední Lista atacando a Plamínková y el ŽNR.[31] En 1936, la compositora checa Julie Reisserová dedicó Slavnostní den (literalmente "Día festivo") a Plamínková, un coro femenino.
Placa en la casa en Praga donde Plamínková vivió y trabajó entre los años 1914 y 1939