Sin embargo, se le prohibió apostar en todos los establecimientos de Florida.
Para huir de la presión policial, Rosenthal se mudó a Las Vegas en 1968.
Siendo un pionero en las apuestas deportivas, Rosenthal dirigió secretamente los casinos Stardust, Fremont, Marina y Hacienda, controlados estos por la mafia de Chicago.
La persona o personas responsables del atentado no pudieron ser identificadas nunca, aunque entre los posibles sospechosos se incluía a Anthony Spilotro, el jefe de la mafia de Milwaukee, Frank Balistrieri, y a los motoristas amigos de su exesposa (que murió un mes más tarde).
Posteriormente, Rosenthal se vio forzado a abandonar Las Vegas en 1988, cuando fue incluido en la lista negra del juego, convirtiéndolo en persona non grata, incapacitándolo legalmente para trabajar o entrar en todos los casinos de Nevada, por sus relaciones con el crimen organizado.