Por extensión, se utilizó el nombre desde finales del siglo XVII para referirse a cualquier producto con un olor parecido: licores, perfumes, cremas o tartas.
[2] Para la preparación de la crema frangipane se necesita elaborar una crema de almendras, que se deben pelar previamente mediante el escaldado en agua hirviendo, para retirar la piel.
Una vez molidas, se mezclan con harina, azúcar y yemas de huevo para mejorar la consistencia final.
Una vez lista, se debe refrigerar varias horas antes de su uso, habitualmente para rellenar alguna tarta.
Si la crema no va a ser horneada, debemos preparar una crema pastelera cociendo a fuego muy lento, y sin dejar de batir con varillas, los huevos con el azúcar y la leche con el aromatizante.