[1] En 1939 se casa con Simone Ovide y en 1946 llega a ser director general del Servicio Sanitario Nacional.
Apartó del ejército a los oficiales que no le eran leales, prohibió los partidos de la oposición y aplicó una severa represión política.
Dado que estas milicias no recibían remuneración alguna, ellos mismos inventaban sus propios medios de financiación a través del crimen y la extorsión.
Para proteger su propia integridad, Duvalier utilizaba la Guardia Presidencial haitiana como una "tropa de élite" especialmente entrenada y solamente leal al mismo Duvalier, mientras reducía el armamento y recursos del ejército profesional, de cuya lealtad no confiaba.
En 1959, mientras recibía tratamiento en el hospital por un infarto, un comando de haitianos disidentes intentó desembarcar en la isla.
Las presiones internacionales contra François Duvalier se hicieron más fuertes durante la presidencia de John Fitzgerald Kennedy en Estados Unidos, debido a la evidente apropiación de las ayudas internacionales recibidas por Haití.
Finalmente, antes que verse forzado por ley a nuevas elecciones, se autoproclamó presidente vitalicio en 1964 con poderes absolutos; en mayo del mismo año Duvalier hizo votar una nueva Constitución en una Asamblea Nacional compuesta por diputados que él mismo nombraba a dedo.
Un mes después, en junio de 1964, fue refrendado por el pueblo como Presidente vitalicio con derecho a designar su propio sucesor.
Debido a ello pudo reforzar también su control de la isla, al dominar también las instituciones religiosas con clérigos aliados suyos.
También creó un impuesto obligatorio específico para financiar la construcción de Duvalierville, una ciudad diseñada por capricho único del dictador en homenaje a sí mismo y su familia.
En su país, Duvalier utilizó tanto el asesinato como la expulsión para eliminar a sus adversarios políticos.
Eran barcos viejos, tres en total que, armados con cañones obsoletos, hicieron su mejor esfuerzo por sublevarse y derrocar a Duvalier.
En tierra quedaron docenas de marinos que por una u otra razón no pudieron abordar.
[3][4] François Duvalier fue glorificado por sus seguidores casi como una divinidad y a su muerte, según su voluntad y la Constitución que él mismo había diseñado, le sucedió su hijo, Jean-Claude Duvalier, Baby Doc, que pasó también a ser presidente vitalicio contando solo con diecinueve años de edad.