Continuó estudios en la Universidad de Salamanca, como colegial mayor y rector en el Colegio de Cuenca, donde se doctoró en Teología y ocupó diversas cátedras en dicha universidad: Filosofía, Regencia, Súmulas, San Anselmo, Teología Moral, Escoto, Santo Tomás, Durando, Vísperas de Teología y Prima de Sagrada Escritura.
No aceptó su elección para canónigo del cabildo de la catedral de Toledo y opositó para canónigo penitenciario de Salamanca, obteniendo el puesto.
Fue muy activo en su pontificado, consiguiendo hacerse con el afecto de la gente con sus dotes de predicador y conocimientos teológicos y bíblicos.
Realizó la visita pastoral al arzobispado en dos ocasiones y fomentó la devoción a la Virgen de las Angustias, mandando dedicarle una capilla en la catedral, que póstumamente se convertiría en el retablo de José de Bada que ocupó el trascoro hasta la reforma de 1929.
También mandó tallar una imagen de la misma advocación para la iglesia de Las Albuñuelas, fundó el Colegio de Misioneros Franciscanos Descalzos y construyó una casa para su descanso en la misma localidad.