Francisco de Bazán fue un funcionario real al servicio de Felipe IV de España, nombrado gobernador de Yucatán el 26 de mayo de 1655.
Desempeñaba el cargo de Consejero del Real Tribunal de Cuentas en Madrid cuando recibió su nombramiento y llegó a la Capitanía General de Yucatán el 2 de septiembre del mismo año.
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