Herramientas, técnicas y actitudes que después aplicará en su futuro taller, por los que han pasado artistas como Manuel Prieto, José Herrera, Francisco Barroso o Martín Richarte.
Finalizados sus estudios en 1950, vuelve a Jerez comenzando a realizar modelados sobre los temas que siempre le apasionaron: los oficios y la vida de los trabajadores jerezanos, como vendimiadores o arrumbadores.
Viaja a París en 1956 con su amigo y compañero de estudios Manuel Romero, descubriendo la obra de Emile Antoine Bourdelle, que marcará sensiblemente su obra posterior.
Un ejemplo de esta influencia es el Monumento a Shakespeare en el Parque González Hontoria en Jerez (1957).
Ambas líneas de trabajo se interrelacionan, obteniendo como resultado obras que intentan renovar el anclado formalismo barroco imperante en la imaginería cuyo exponente más claro es el crucificado para la Hermandad del el Santísimo Cristo del Perdón, Jerez (1962-65).
Coincidiendo con su entrada como profesor en la Escuela de Artes y Oficios de Jerez en 1965, se asocia con Manuel Prieto Fernández, antiguo discípulo, con el que dirigirán un taller hasta el año 1982.
A esta época pertenecen también otros trabajos para hermandades donde la dimensión escultórica de las piezas trasciende su condición imaginera: los sayones para el paso de la Hermandad del Stmo.
Su época entre 1988 y 2004 se caracterizará por un intenso trabajo personal, que proyectará y materializará en numerosos monumentos en piedra o bronce como el dedicado a Bartolomé Pérez (1990) y al Mayeto (1992) en Rota; a las Aguas en Jerez (1993), o el monumento a San Juan de Dios en Sevilla (1993).