Pudo luego de esa acción, ocupar Morelos el amenazante punto sobre Acapulco llamado El Aguacatillo.
Para contener este movimiento, Morelos envió a Rafael Valdovinos sobre la costa de Xamiltepeque.
Pero contó con la mala suerte de tener entre sus filas al capitán Mariano Tavares, que según algunos historiadores, estaba molesto con sus superiores por haber sido confinado en prisión al protestar por la prisión del virrey José de Iturrigaray, y logrando el respaldo de cuatro anglosajones (Collé, David, Pedro Elías Bean y William Alendin), vendió la plaza.
Tomada la batería, los rebeldes inciciaron un fuego repetido al aire que generó confusión al interior del cuartel, logrando los rebeldes una contundente victoria con solo tres bajas en sus filas y cuatro del bastión enemigo.
Solo vuelve a saberse de París hasta la acción en que perdió la vida.