Francisco José Olivares

Desarrolló su carrera musical en Cuenca, Orihuela y Salamanca.

La escena alude a través de la mitología a la reciente viudedad del rey, pues la reina no sobrevivió al parto de su primogénita, que también falleció pocos meses después.

Fue beneficiado por la reina Isabel II en virtud del concordato en 1851, pero no logró jubilarse debido a la precaria situación económica de la Catedral.

[3]​ Entre sus obras teóricas hay que destacar el Tratado de Composición.

Otras obras se conservan en la Biblioteca Nacional y en el Real Conservatorio de Madrid