Contaba pocos años cuando marchó a la corte de Madrid bajo la protección de un tío suyo; allí se educó adquiriendo profundos conocimientos en artes y ciencias y frecuentó la Corte.
Aunque vivió en su mayor parte en España, sobre todo en Salamanca, que tiene una plaza con su nombre, regresó ocasionalmente a Portugal, casi siempre a Lisboa y Moncorvo.
Recorrió también varios países de Europa y estuvo en Roma desempeñando funciones auxiliares en la Embajada de Portugal en la Curia Romana (Vaticano).
Juan V le concedió el hábito de la Orden de Cristo y una pensión por haber compuesto el poema épico culto El Alphonso.
Fue nombrado miembro honorario de la Real Academia Española en 1738.