En la Escuela conoce a otro estudiante, Pedro Casciaro, que le propone matricularse al año siguiente en el tercer curso de Ciencias Exactas, en la Facultad de Ciencias.
Llegada la Navidad, viaja a Valencia para pasar esas fiestas con sus padres.
En la capital del Turia visitó a monseñor Javier Lauzurica, obispo auxiliar de Valencia, para anunciarle el deseo del fundador de comenzar la labor apostólica en Valencia.
Ejerció su labor sacerdotal en la madrileña Basílica de San Miguel, y tras su jubilación académica se dedicó a la asistencia espiritual de enfermos, hasta su fallecimiento.
Dirigió las tesis doctorales de José María Montesinos Amilibia (1971), Juan Fontanillas Royes (1970) y Enrique Outerelo Domínguez (1966).