Francisco de Avellaneda

Clérigo, poeta y censor, se conoce muy poco sobre su vida, a pesar de que alcanzó cierta notoriedad en su época como escritor dramático.

Se especializó en comedias en colaboración, pero donde su talento se reveló magnífico fue en el teatro menor de entremeses, bailes y mojigangas, donde se mostró poseedor de una chocarrera y procaz vis cómica.

Fue un interesante escritor de entremeses y otras piezas menores.

Escribió varias piezas en colaboración con Sebastián de Villaviciosa (Cuantas veo tantas quiero, de 1661), con Juan de Matos Fragoso (El divino calabrés, San Francisco de Paula) y con ambos (La Corte en el valle, representada ante el rey en Valladolid en 1660, y Solo el piadoso es mi hijo, estrenada en Madrid en 1661).

Se acompañó en esta ocasión de una loa, La flor del sol, un entremés, El triunfo del vellocino y una mojiganga, El mundi novi, escrito todo ello por el autor; todo el conjunto se publicó en Nápoles en 1675 también.