Otro sobrino-nieto, el escultor Jorge Albareda Agüeras (Zaragoza, 1926–2021), Académico de San Luis, todavía conservaba el piano del maestro.
Durante sus últimos años, a principios de 1893, ya como infante mayor, había sido nombrado organista suplente de la Santa Capilla, pero dimitió como infante en septiembre de ese año para pasar con diecisiete años al Seminario Mayor para realizar los estudios eclesiásticos.
Fueron años mucha actividad musical en Zaragoza, liderada por el maestro Lozano y sus discípulos, Agüeras, Miguel Arnaudas, Ramón Borobia, Babil Belsué y Salvador Azara.
Los ejercicios, un «Cantemus Domino» para Pérez y un «Cantate Domino» para Angüeras, fueron enviados anonimizados al Monasterio de Montserrat para ser evaluados por un tribunal formado por los monjes Manuel María de la Inmaculada Concepción, Plácido Escofet y Francisco María Sánchez para su evaluación técnica.
Un segundo tribunal constituido en Zaragoza por Arnaudas, Cuartero y Fructuoso de Larreta, contralto del Pilar, consideró que «hay una diferencia muy notable, pues mientras el segundo [Pérez] se concreta solamente a mover la mano para marcar el compás sin preocuparse en absoluto de nada, el primero [Agüeras] se compenetra muy bien en general con las ideas expuestas en la obra, da la misma energía, vigor o ternura que el autor deseara».
[2][3] Sus obligaciones como maestro de capilla incluían la composición de una obra mayor a toda orquesta, «como Misa, Vísperas u otra semejante de importancia [...] las cuales serán entregadas en propiedad a la Iglesia.» Así desde 1909 hasta 1914, cuando abandona el cargo, se conservan numerosas composiciones.
[2] A pesar de que las reglas ya no le permitían tañer instrumentos, envió en los años 1914 y 1915 por correo diversas composiciones al cabildo zaragozano.
Poco más tarde partiría a Roma, para participar en el Capítulo General de la Orden Cartujana.
[1] Escribió diversas obras religiosas, entre ellas el inédito Apuntes biográficos sobre Dom Servilio María Laure (c. 1926), Visitas a Nuestra Señora del Pilar y Varias devociones a la preciosa sangre (1930).