La originalidad del proyecto de François Jullien es que China se convierte, en su obra, en un rodeo para volver a la filosofía.
[6] Su intención es salir del pensamiento occidental para poder mejor interrogarlo de manera radical, es decir, llegar hasta la raíz: sus presupuestos, sus pilares, a veces impensados.
Es lo que Jullien llama “factores facilitadores” o “potenciales de situación”.
El trabajo del buen estratega no es modelizar y proyectar primero, para aplicar después, sino más bien escuchar, evaluar, acompañar y desarrollar los potenciales de situación.
Reivindica, con la sabiduría china, la captación de la vida como un proceso que madura dando unas consecuencias.