Fractura de meseta tibial

[1]​ Ocurren más comúnmente en hombres de mediana edad y mujeres mayores.

Debido a la proximidad de la meseta tibial con importantes estructuras vasculares (ej.

Nervios como el perineo y tibial), estas pueden resultar lesionadas en este tipo de fracturas.

Las fracturas de la meseta tibial son causadas por una fuerza varo (angulación hacia adentro) o valgo (angulación hacia afuera) combinada con una carga axial o peso soportado en la rodilla.

La clásica situación en la que se describe es cuando un carro golpea a la rodilla fija de peatón.

De igual manera, hay un valgo natural o angulación hacia fuera que se alinea con la extremidad, la cual junto con el valgo de la fuerza del impacto termina por lesionar la meseta lateral.

En todas las lesiones a la meseta tibial es imperativo efectuar radiografías (generalmente llamados rayos X).

Las tomografías computarizadas no son siempre necesarias pero algunas veces son indispensables para evaluar el grado de fractura y determinar un plan de tratamiento que no sería posible con simples radiografías.

Actualmente, el sistema de clasificación Schatzker es el más ampliamente aceptado y utilizado.

Esta es una combinación de una fractura por escisión y compresión que implica una división vertical del cóndilo lateral combinado con depresión de la parte del cóndilo adyacente que soporta la carga.

Esta es una fractura ocasionada por compresión pura a la meseta tibial lateral o central en la cual la superficie articular de la meseta tibial presenta una depresión y es impulsada por fuerzas axiales hacia la metáfisis de la tibia lateral.

Hay un alto riesgo de daño a la arteria poplítea y nervio perineo, por lo cual tiene un peor pronóstico.

Puede incluir lesiones de distracción al ligamento colateral lateral, dislocación/fractura del peroné, esquina posterolateral.

Esta es una lesión de alta energía con un complejo mecanismo que incluye fuerzas varo y valgo.

El tratamiento está enfocado en lograr una articulación estable, alineada, móvil e indolora y en minimizar el riesgo de osteoartritis post-traumática.

Para los primeros tratamientos, se debe realizar tracción de manera temprana en la sala.

Reparación de una fractura de meseta tibial