Vivió en diversas ciudades (en Mirepoix con su madre, en Nantes y Poitiers con su padre) antes de marchar a París para estudiar derecho; allí empezó a introducirse en política defendiendo la causa liberal, que había costado su puesto administrativo a su padre, que era bonapartista; acusado en una revuelta estudiantil de carbonario, fue por eso expulsado y tuvo que concluir su carrera de derecho en Rennes, vigilado por la policía.
Pronto hizo amistad con los escritores Jules Janin, Casimir Delavigne y Alexandre Dumas.
En octubre de 1829 su primera pieza teatral original, Christine à Fontainebleau, presentada en plena pelea entre el romanticismo y el neoclasicismo, recibió una acogida menos hostil por parte de estos últimos, pero fue prácticamente asesinada por la crítica.
Al fin obtuvo un éxito resonante con el drama Clothilde (1832); y además se ganó respeto entre los narradores con su novela Les deux cadavres, también de 1832, llena de horrores, muertes y escenas sangrientas.
La inmensa fama que adquirió esta publicación para Frédéric Soulié lo situó en la cima de la gloria literaria.
Al mismo tiempo, su tragedia de Romeo y Julieta, reestrenada en el Odéon, fue acogida con unánime aplauso.
Una gran multitud asistió a su funeral en la Eglise Sainte-Élisabeth du Temple y su entierro en el cementerio Père-Lachaise, donde Víctor Hugo pronunció un discurso y donde Alexandre Dumas, presionado por la multitud para decir algo, rompió en llanto.