Fue presentada en 1862, en la Exposición Canina Nacional celebrada en Birmingham, Inglaterra, siendo la primera raza de terrier en ser reconocida por el Kennel Club en 1875, estando datado en 1876 el estándar oficial del fox terrier de pelo liso.
Bien construido, ocupa poco espacio; elegante, el fox terrier debe tener una alzada no superior a los 40 cm y un peso aproximado de 8 kg, las hembras un poco menos.
Tiene el cráneo plano y estrecho, con hocico que se afila gradualmente hacia la trufa negra.
Por su carácter el fox terrier se presenta como una raza vivaz, inteligente y simpática, aunque por su instinto de caza y por su tamaño, hay que ser responsable con su educación, al igual que con la mayoría de razas.
Si bien su relación con otras razas es correcta, con aquellas que sean mayores que él suelen mostrarse algo peleones, pero suelen tener un comportamiento amistoso y juguetón tanto con otros perros como con las personas.