En el hemisferio norte se produce típicamente durante el final de la primavera y el principio del verano, periodo durante el cual los días se van alargando, hasta alrededor del 21 de junio (solsticio).
En general, estas plantas de día corto (noche larga) florece a medida que los días se acortan (y las noches se alargan), después del 21 de junio en el hemisferio norte, lo que ocurre durante el verano y el otoño.
Algunas especies deben atravesar un periodo "juvenile" durante el cual no es posible inducir la floración - el arrancamoños (Xanthium) es un ejemplo de especie con periodo juvenil notablemente corto y a la cual se puede inducir a florecer cuando todavía es bastante pequeña.
Las calabazas (Cucumis sativus), los rosales y tomates (Solanum lycopersicum) son algunas de estas plantas.
El fotoperiodismo no solo afecta a la frecuencia, sino también al repertorio del canto, aumentando durante el periodo de más horas diurnas y disminuyendo a medida que éstas decrecen.
[2] En los mamíferos la duración del día queda registrada en el núcleo supraquiasmático que es estimulado por los células de la retina sensibles a la luz las cuales no están implicadas en la visión y que viajan por el conducto retinohipotalámico.