Fotografía de guerra
Otros reportajes conocidos son los daguerrotipos realizados por un autor anónimo en la guerra de México-Estados Unidos en 1846.[4] A pesar de ello fueron los fotógrafos británicos quienes se quedaron con la gloria de ser los más recordados, James Robertson, Dawson, Aldeman Mayall, o el desafortunado Richard Nicklin, enviado también por las autoridades británicas, que al regresar en el barco H.MS.En Francia, Napoleón IlI, envía a la guerra a varios artistas y fotógrafos, asistidos por el fotógrafo Léon Eugene Méhédin (1828-1905), que fotografía los últimos momentos del sitio de Sebastopol en condiciones muy duras, siendo más tarde los negativos (de papel) positivados en París por Fréderic Martens (18091875), o Jean Baptiste Henri Durand-Brager (1814-1879) y su socio Lassimone.Enrique Fazio Fialo (1833-97), aunque su familia era originaria de Italia, había nacido en Málaga y tenía 23 años.También está probada la presencia en este escenario del fotógrafo José Requena López, fotógrafo militar que realizó un reportaje sobre diversos personajes en Tetuán, con los cuales se confeccionó un lujoso álbum que fue regalado a la reina.[7] Los primeros fotoperiodistas de guerra reconocidos fueron Endre Ernö Friedmann y su compañera la fotógrafa Gerda Taro, ambos firmaban con el nombre de Robert Capa por lo cual, en algunos casos no es posible distinguir bien qué obra fotográfica es atribuible a cada uno.En la Segunda Guerra del Golfo, muchos fotógrafos fueron capturados y ejecutados por terroristas; insurgentes armados también les disparaban.