La fita original fue creada en 1809, permaneciendo desaparecida hasta los años 50.
Se usaba alrededor del cuello como un collar, en el cual se colgaban medallas e imágenes de santos, que funcionaba como moneda de cambio: al pagar una promesa, el fiel llevaba una foto o una pequeña escultura en cera que representan la parte del cuerpo curada con la ayuda del santo (exvoto).
Como recordatorio, adquiría una de estas cintas, que simboliza la propia iglesia.
Las fitas se confeccionan de algodón y se venden en varios colores con la frase "Recuerdo del Señor del Buen Fin de Bahía" ("Lembrança do Senhor do Bonfim da Bahia").
Cada color simboliza un orisha, deidades de la religión yoruba, a pesar de la tradición católica debido a su origen y nombre.