Tras la muerte de Alejandro Magno en el 323 a. C., Filetero se vio envuelto en las luchas por el poder, conocidas como las guerras de los diádocos (diádocos significa «sucesores» en griego) entre los gobernadores regionales de Alejandro, Antígono I Monóftalmos en Frigia, Lisímaco en Tracia y Seleuco I Nicátor en Babilonia (entre otros).Este último derrotó y mató a Lisímaco en la batalla de Corupedium en el 281 a. C.; pero Seleuco sería también muerto por Ptolomeo Cerauno, hermanastro de Arsínoe, en Lisimaquia (Tracia), unos meses después.Aunque Filetero se encontraba teóricamente bajo control seléucida, tras la muerte de Seleuco, sobre todo, dispuso de bastante autonomía y pudo, gracias a sus grandes riquezas, aumentar su poder e influencia más allá de Pérgamo.Gracias a todo ello, Filetero obtuvo gran prestigio para sí mismo y su familia.Adoptó a su sobrino Eumenes I (hijo de su hermano, también llamado Eumenes), que le sucedió como gobernante de Pérgamo a su muerte en el 263 a. C.