Fernando de Otazu

Vivió por tanto como procurador los últimos años de las Cortes Franquistas y participó en la histórica votación de las mismas que dio lugar a su autodisolución y a la aprobación de la Ley para la Reforma Política.

[5]​ En marzo de 1977, dimitió Fernando Lasa, alcalde de San Sebastián hasta entonces, y Otazu, quien había ejercido como primer teniente de alcalde, pasó a presidir la corporación municipal como alcalde en funciones.

[6]​ Los partidos políticos presionaban en aquel momento para la democratización del poder municipal.

Debido a que estos partidos opositores tenían un apoyo mayoritario en San Sebastián, la situación de los concejales donostiarras se fue haciendo cada vez más compleja e incómoda a lo largo de 1977 y 1978.

Sin embargo su dimisión formal no fue en principio aceptada por el Ministerio del Interior.

[9]​ Este atentado intimidatorio fue el detonante para que solo dos días más tarde, finalmente el gobernador civil de Guipúzcoa aceptara cesar a los concejales.