[1] El negocio familiar se amplió posteriormente con una pequeña flota de pesca.
Cuarenta y tres días después del cese de Ugarte se nombró finalmente a Lasa como su sustituto.
La figura de Lasa, un empresario donostiarra, euskaldún y sin una vinculación especialmente significativa con el régimen franquista parecía la más adecuada para calmar los ánimos y gobernar la ciudad en unos momentos políticamente muy tensos.
Ese mismo día, sin embargo la gente agolpada en la plaza gritó "Lasa dimite, el pueblo no te admite"; y el alcalde, decepcionado por la actitud de la gente, presentó su dimisión en el siguiente pleno municipal.
En 1977 cerró su etapa en la política definitivamente y volvió a sus negocios particulares.