Muy joven se trasladó a Córdoba, donde simultaneó los estudios con un modesto trabajo de oficinista y con sus inclinaciones literarias.
Militante del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), en las elecciones generales de 1933 fue elegido diputado por la circunscripción de Córdoba, lo que le llevó a instalarse poco después en Madrid.
Allí alternó su actividad parlamentaria con la periodística, publicando en El Socialista, donde como redactor-jefe jugará una destacada influencia en el gobierno del Frente Popular.
Allí fallecería su esposa, María Jiménez, con quien tenía ocho hijos y que fueron acogidos por familias belgas.
Tras una breve estancia en París, al término de la guerra, Vázquez Ocaña se exilió en México, donde reanudó su actividad periodística.