[1] En verano del 768, un grupo de notables conducidos por el primicerio Cristóbal y una guarnición que había enviado Desiderio de Lombardía logró apoderarse del impostor, Constantino II (antipapa), le sacaron los ojos y lo encerraron en un convento.
[2] Desiderio, aprovechó entonces la ocasión para nombrar a Felipe, que tenía sobre Constantino la ventaja de ser monje.
Lo entronizaron en el Palacio de Letrán, pero ese mismo día fue depuesto.
No se resistió y regresó al convento de San Vito.
Seguidamente los francos eligieron a Esteban III, sacerdote siciliano que tenía asegurado su reconocimiento por parte de los sucesores de Pipino el Breve: Carlos y Carlomán I.