En sus años mozos estuvo en América y en Sevilla sirvió al arzobispo don Diego de Deza, al que dedicó su Lisuarte de Grecia, publicado en esta ciudad en 1514.
Sirvió dos años al emperador Carlos, durante los cuales pudo haber participado en la Guerra de las Comunidades de Castilla (1520-21) del lado del emperador.
Escribió una Segunda Celestina (1534), obra que alcanzó cuatro reimpresiones y que posee no poco mérito literario aun cuando no pretende emular a su modelo.
Busca auxilio en casa de un arcediano amigo suyo, se recupera y decide agradecer a Dios su resurrección enderezando su vida pecaminosa.
Esta influencia rebasa las fronteras, y William Shakespeare presenta un personaje llamado Florisel en Cuento de Invierno.