Amadís, abandonando como un calavera sus estados, sale en busca del traidor, pelea con él y con un cormano suyo, y está á punto de ser vencido por ellos dos, cuando la oportuna llegada del de la Ardiente Espada y de Gradamarte le sacan del gran peligro en que voluntariamente se había metido.
El rey de Sicilia, Norandel, es puesto en el trono vacante, y los franceses se unen á los españoles para hacer la guerra al de Roma y sus alemanes.
En otra batalla junto á Maquenca (Mayence) el Emperador es vencido y muerto por Amadís.
Urganda la Desconocida, que siempre fue amiga y favorecedora de Amadís y sus descendientes, temiéndose alguna traición por parte del enamorado Zayr, se presenta en la corte del Emperador, resuelta á declararle el casamiento de las dos infantas; mas Zirfea, reina de Argenes, otra maga muy sabidora, que desamaba mucho al Emperador y á todos los de su linaje, pidiéndole á Lisuarte su espada, se la pasa á Urganda por los pechos, y la deja encantada en una silla rodeada de fuego, á vista del real palacio.
Zayr, continuando su demanda, logra que el Emperador le otorgue la mano de su hija, la cual, viéndose en tal aprieto, no tiene más remedio que revelar al padre el secreto de su casamiento.
Lisuarte, libertado, como hemos visto, por Gradafilea, llega á Constantinopla, y contando á su padre Esplandian el suceso de su prisión, este resuelve vengar el ultraje hecho á su nombre, para lo cual reúne todos los príncipes y reyes de su familia, con ánimo de marchar con ellos sobre Trapisonda.
Seguía la infanta Omoloria en su prisión, donde parió secretamente una hija, que entregada por su doncella Brisa á un escudero viejo y codicioso, es por este llevada á Alejandría, y allí vendida al soldan de dicha región.
A todo esto, Amadís de Grecia proseguia sus peregrinaciones por tierras incógnitas, deshaciendo encantamientos, matando gigantes y llevando á cabo las más extrañas aventuras; todo por amor de la infanta Lucela.
Poco después padre é hijo, víctimas de una traición, son presos por unos jayanes y libertados por la reina Zahara.
Abra, al frente de un poderoso ejército, pone sitio á Trapisonda; acuden en defensa de la ciudad la emperatriz Axiana, Lisuarte y la doncella Nereida (Amadís), siendo aquella reina vencida, si bien al poco tiempo hace las paces con Lisuarte, ya viudo, y casa con él.
Andando Amadís por la mar, se encuentra con una flota, en que iba la reina Zahara, deseosa de vengar su muerte; descúbrele sus amores con Niquea, y por industria suya logra robarla de su palacio y llevarla á su galera.
Amadís de Grecia fue traducido al francés, pero las dos partes de la obra se publicaron como dos libros diferentes, que aparecieron por primera vez en 1546 y 1548;, como libros VII y VIII del ciclo amadisiano francés.