Federico de Onís

En un país donde no hay propiamente Universidad, sólo a Unamuno le correspondía con legitimidad el nombre de «maestro».

Ortega, por el contrario, es «la capacidad más fuerte y original que en filosofía hemos tenido desde hace mucho tiempo y el creador de una nueva visión de los problemas nacionales.

[9]​ Aunque residía en Estados Unidos desde dos décadas antes del estallido de la guerra civil, al producirse esta mostró su adhesión a la causa republicana.

Ese mismo año recorrió numerosos países iberoamericanos (Colombia, Ecuador, Venezuela, Costa Rica, Panamá, Uruguay y Argentina, entre otros) en los que dictó conferencias sobre temas hispánicos.

Francisco Ayala lo conoció en sus años de exilio cuando Onís fue a dar unas conferencias en Argentina; después lo trató asiduamente en Puerto Rico.

«En los medios universitarios —escribe Ayala—, Onís tenía fama de hombre arbitrario, áspero, intratable.

Arbitrario, lo sería; pero en cuanto a lo demás, para mí fue, entonces y siempre, de una gran delicadeza.

Quien de improviso y sin otra noticia le echase la vista encima, podría haber pensado que, en pleno Broadway, tenía ante los ojos a un pardillo de tierra adentro, salmantino, o zamorano, o maragato.

Sin duda, su empeño había sido desde el comienzo proyectar ante sus estudiantes americanos una imagen fuertemente estilizada de "lo español"».

Este hecho podría tomarse por meramente anecdótico si no hubiese comportado una parte de responsabilidad en la frustración de su obra intelectual: «el personaje construido —concluye Ayala— había terminado por absorber a la persona; y actuando en un ambiente donde, por así decirlo, todo el monte era orégano, sin crítica, sin estímulo y control de la competencia e intercambio intelectual, aquel joven que brillaba como una promesa segura, quedó estancado ahí, y dejó incuplida su promesa».

Y aún regresó a Puerto Rico como profesor del Departamento de Estudios Hispánicos, periodo en el que Onís fundó y dirigió el Seminario de Estudios Hispánicos, al que donó su biblioteca personal.

Estudios, ensayos y discursos sobre temas españoles e hispanoamericanos (Universidad de Puerto Rico, 1955).

Y sobre Evaristo Ribera Chevremont, Antología Poética, 1924-1950 (Universidad de Puerto Rico, 1957).