J. Geofin, Sevilla) dirá: Entré a estudiar medicina contra mi propia inclinación y gusto, tenía dieciséis años, escribía versos.
Según indica Raimundo García Domínguez, periodista gallego conocido por el pseudónimo 'Borobó', su militancia en el partido demócrata y la publicidad dada a sus ideas revolucionarias determinarán que se le niegue la plaza a pesar de sus brillantes ejercicios.
Se traslada a Madrid y allí, en las Constituyentes, propone que las diputaciones y los ayuntamientos creasen un impuesto sobre los fieles para sostener el culto católico evitando así que se viesen afectados por ese fin los presupuestos del Estado.
Rubio no participa en ellos, colocándose así entre los más moderados, aunque, enterado de las heridas sufridas por varios federales gaditanos en la serranía de Ronda, decide acudir personalmente para asistirles médicamente, si eso fuese ya posible.
M. Aguilar, Madrid 1948 (y recoge Borobó), el duque, en su segundo disparo dio en la culata de la pistola de Enrique, ante lo que este dijo a su padrino: Este hombre me mata, afina mucho; la próxima bala me la mete en la cabeza, tal y como sucedió.
Federico Rubio no volvió a ejercer ningún puesto público, aunque siguió militando en el Partido Federal y participando en todas las iniciativas coincidentes con su pensamiento liberal y social.
Su gran creación es el Instituto Rubio para el que donó inicialmente 30 000 duros de plata.