Es la fecha a partir de la cual, según el fabricante, el producto ya no es seguro para la salud del consumidor.
[5] Es la vida útil de un alimento, especialmente de los perecederos como los alimentos crudos (carne y pescado frescos) huevos, productos lácteos, ensaladas, etc, en los que es muy recomendable ajustarse a la fecha y consumirlos lo antes posible, para evitar intoxicaciones.
[7] En los alimentos y bebidas, además, se puede diferenciar la fecha de consumo preferente o fecha de duración mínima, que es el tiempo durante el que esos productos conservan correctamente sus cualidades sensoriales.
Se utiliza en los productos alimenticios que pueden conservarse más tiempo (como los cereales, el arroz o las especias).
No es peligroso comer estos productos después de esa fecha, pero pueden haber empezado a perder su aroma y su textura.