Fue un importante gaitero y zanfonista, constructor e intérprete virtuoso y figura capital en ambos instrumentos, al que se le debe la conservación de piezas tan importantes como el Romance de Don Gaiferos.
Fundó el Taller-Escuela de Instrumentos Galegos en Lugo, en colaboración con la Diputación, el empresario Antonio Fernández López y la posterior ayuda del gaitero Paulino Pérez.
Este taller construía dos tipos de zanfonas, la pequeña en Do y la grande que utilizaba Faustino en Sol.
[6] Gracias a Faustino Santalices no se perdió este instrumento, siendo el único zanfonista de la península ibérica durante el primer cuarto del siglo XX.
Se encargó, con la ayuda del folclorista Casto Sampedro, de estudiar y mejorar técnicamente este instrumento.