Faro de Ar Men

Una cornisa rematada por una barandilla metálica corona el tronco de la torre.

Se descartó sin embargo en un primer tiempo debido a que no fue posible desembarcar en ella, y se llegó a la conclusión de que era imposible emprender una construcción en un lugar tan expuesto y tan exiguo.

Iban equipados con alpargatas para no resbalarse y con un cinturón salvavidas hecho de corcho.

Trabajaban por parejas, y tenían a menudo que hacerlo tumbados en la roca, agarrándose de una mano y manejando las herramientas con la otra lo más rápidamente posible mientras las olas les cubrían.

En 1867, se consiguió aplanar parcialmente la cima de la roca y perforar 40 agujeros más.

La construcción en sí empezó en 1869, bajo la supervisión de otro ingeniero, Alfred Cahen.

Las obras se desarrollaban con lentitud, dado que a menudo las olas de las tormentas deshacían parte del trabajo realizado.

Empezaron a temer que el diámetro del faro fuese demasiado reducido en relación con la altura total del edificio, y que una torre tan alta sobre una roca apenas más ancha no aguantase los envites del enorme oleaje que se da en esta zona.

Informe sobre la construcción del faro (archivo de la Comisión de los faros, noviembre 1873)