Cuando Napoleón le preguntó al Príncipe Massimo, (con quien estaba negociando el Tratado de Tolentino) si la familia descendía de Fabio Máximo, éste respondió: «En realidad no puedo probarlo, es solo un rumor que lleva corriendo una docena de siglos en nuestra familia» («Je ne saurais en effet le prouver, c’est un bruit qui ne court que depuis douze cents ans dans notre famille»).
[2][3] La familia Massimo, según Panvinio, también proporcionó dos Papas a la Iglesia Católica, ambos santos: Anastasio I (fallecido en 401), quien denunció la herejía origenista, y Pascual I (fallecido en el 824), quien se opuso a los reyes francos y se comprometió en uno de los más tempranos intentos de cristianizar Escandinavia.
Su hijo Don Francesco, Príncipe Massimo (1865-1943) llegó a ser el administrador de correos del Poste Vaticane, y su nieto Don Leone, Príncipe de Massimo (1896-1979) se hizo Duque de Anticoli-Corrado en 1904 mediante cesión avuncular (el título fue creado por decreto real para su tío Don Fabrizio Massimo en 1895).
Don Fabrizio y la Infanta no tuvieron hijos, y en 1904 este cedió el ducado de Anticoli-Corrado a su sobrino Don Leone Massimo, hijo de su hermano mayor.
En el Siglo XVII, el Cardenal Camillo II Massimo fue famoso por ser mecenas de Velázquez y Poussin.
El interior del palacio está abierto al público solo durante un día al año, momento en que la familia recibe a cardenales y otros grandes oficiales para honrar el evento.
En el Siglo XVI ocurrieron en el palacio otros eventos notables, entre ellos varios asesinatos intra-familiares.
El palacio es considerado como una de las obras manieristas más importantes del Renacimiento temprano y continúa siendo la residencia principal de la familia, junto con el Castillo Massimo en Arsoli.