Es decir, consiste en tratar una variable como independiente, cuando en realidad está sujeta a cambios endógenos.
Un ejemplo frecuentemente citado es en economía, donde uno podría asumir que el dar cierta cantidad de riqueza a una persona (por ejemplo, a través de impuestos y subsidios) necesariamente resulta en que otros pierdan la misma cantidad de riqueza.
Esta política fue adoptada por el gobierno de Herbert Hoover en Estados Unidos y por Lionel Jospin en Francia.
Algunos economistas sostienen que las políticas de reducción de horas tienden a ser inefectivas, alegando que hay costos administrativos sustanciales asociados con contratar más trabajadores, como son la contratación, entrenamiento y administración, que incrementarían el costo por unidad de producción, lo cual reduciría la producción y, en última instancia, reduciría el empleo.
Walker identificó en la literatura al menos tres explicaciones en conflicto de como supuestamente los defensores de la reducción del tiempo de trabajo cometen la falacia y que lo único que las explicaciones tienen en común es su fallo en identificar una fuente con autoridad que sostenga la falacia.