El factor reumatoide se encuentra elevado en sangre en presencia de ciertas enfermedades reumáticas y en algunas infecciones crónicas (tuberculosis, lepra, entre otras).
A menudo se realiza un test de anticuerpos antipéptidos cíclicos citrulinados para confirmar el diagnóstico.
Cuando este es el caso, el factor reumatoide, en su rol de anticuerpo policlonal, forma complejos inmunitarios que serán posteriormente fagocitados por células inflamatorias.
Este mecanismo puede explicar la respuesta autoinmune y autoretroalimentada que, a largo plazo, causa la artritis.
Sin embargo, la mayoría de personas asintomáticas con factor reumatoide positivo en sangre no desarrollan la enfermedad.