Debutó como profesional en San Martín de Corrientes, equipo con el que disputó por tres años el TNA hasta lograr el ascenso a la LNB.
Tras su debut en la máxima categoría del baloncesto profesional argentino, el alero jugó para Olímpico de La Banda y Bauru, antes de retornar a Boca Juniors donde permanecería dos años.
Durante las siguientes cuatro temporadas fue una pieza clave del equipo, liderándolo en el campo de juego.
Su desembarco en Quimsa en 2020 le permitió conquistar su primer título oficial: la edición de ese año del Súper 20.
Terminó la temporada con un promedio de 7.1 puntos, 4.7 rebotes y 2.3 asistencias por partido.