Se le considera el prehistoriador francés que más ha aportado al conocimiento del Paleolítico; aunque también escribió novelas de ciencia ficción con el seudónimo de «Francis Carsac».
Cursó estudios en Toulouse, en Burdeos y en París, obteniendo el doctorado den ciencias naturales con una tesis titulada: «Les limons quaternaires du Bassin de la Seine - Stratigraphie et archéologie paléolithique» (Los limos cuaternarios del valle del Sena.
Ha dirigido innumerables excavaciones arqueológicas en yacimientos de primer orden, sobre todo en el suroeste de Francia, destacando Pech-de-l'Azé, Combe-Grenal o Corbiac, entre otros.
Su contribución más aplaudida ha sido la descripción de la diversidad de industrias líticas del Paleolítico inferior y medio con una metodología empírica ayudada por medio de cálculo sestadísticos y matemáticos simples y accesibles.
[3] Realmente, su sistema creó una gran escuela de prehistoriadores (entre los que se cuenta su propia esposa, Denise de Sonneville–Bordes), con una influencia tan decisiva (por no decir, avasalladora) que ha provocado la aparición de tendencias opuestas que reaccionaban contra ella (en la misma Francia destaca la tipología analítica y estructural de Georges Laplace[4] y en los países anglosajones la New Archaeology o Arqueología procesual[5]).