De vez en cuando esa referencia llega a ser política, como en el poema «Nos outros» («Con los otros»), incluido en el libro EXIL - témoignages sur la Guerre d'Espagne, les camps et la résistance au franquisme.
[1] Por otra parte ese tema está expresando una pesadumbre que, al transformarse en poesía, se torna en belleza.
Nacida en Galicia, estudios en Santiago de Compostela, Barcelona y Toulouse, profesora primero en Toulouse, luego en Brest, vive la vida de una viajera, «viaxeira» en gallego, una palabra que, según Minerva Salado, significa «alguien que se va sin retorno»[3] y expresa «la incertidumbre ante el futuro».
[5] Consecuentemente, un poemario de Fátima Rodríguez es un «horno en que se funden, entrañables, la lengua, el cuerpo y el paisaje.».
[6] Porque el cuerpo y su vocabulario representan otro tema de la escritora, por ejemplo cuando escribe: «unha racha nítida encegadora/no medio da paisaxe/tan conforme tan conforme que non estoura nada»,[7] o «Retorna, lingua, á terra das neneces/ó teu eido matriz, onde soñaran/úteros acollentes/suspendidos/na cúpula da morte en desmemoria/sedimentos de olvidos no sobrado.»[8] María Rosa Lojo dice que «un cuerpo femenino busca el cordón roto con el cuerpo madre» que es «la lengua/tierra».