Según la teoría, el nombre procede de la raíz inglesa antigua famig: "espumoso", y del prefijo -ende, -ing o -in, que significa en cualquier caso "lugar".
Según ésta, el primer nombre del pueblo fue Vesturvík, que significa "bahía occidental").
En una ocasión, un barco francés se encontraba anclado frente al pueblo, esperando mejores condiciones del viento para zarpar.
La leyenda, que se extiende más allá, fue recogida por escrito por Venceslaus Ulricus Hammershaimb en 1891.
Rodeando esta meseta se encuentran montañas altas y escarpadas que constituyen los puntos más altos de la isla.
Dentro del término municipal hay varios lagos más, algunos compartidos con los municipios vecinos.
La población ha venido a la baja, si se compara con las 185 que había en 1960 y las 127 de 1985.