Fue fundada en 1744 a instancias del barón Iván Cherkásov y por orden de la emperatriz Isabel I para elaborar porcelana exclusivamente para la corte imperial.A este sucedió en 1747 un arcanista ruso y, en 1762, tomó las riendas de la fábrica Joseph Rachette, formado en Viena, bajo cuya batuta se elaboraron las primeras piezas de verdadera calidad.[1] En 1760, se ideó en esta fábrica una nueva fórmula de pasta más elástica y transparente, así como un biscuit empleado preferentemente para las esculturas, con lo que se alcanzó una cota de calidad comparable a las mejores piezas coetáneas del resto de Europa.La mayor parte de la producción se centró en vajillas para la corte, en series que recibían distintos nombres, como Arabescos, Yájtinski, Gabinete imperial, Yusúpov, etc., cada uno con varios centenares de piezas.En los años 1920, destacan las piezas decoradas en estilo suprematista por Nikolái Suetin, discípulo de Kazimir Malévich.
La Fábrica Imperial de Porcelana en 1904
El enrejado de cobalto, el estilo más representativo de la porcelana posrevolucionaria de San Petersburgo