Las exhibiciones artísticas e industriales fueron consideradas superiores a las de exposiciones anteriores.
Para la exposición, Napoleón III solicitó un sistema que permitiese clasificar y elegir los mejores vinos de Burdeos que serían expuestos a los visitantes de todas partes del mundo.
Agentes comerciales de la industria vinícola categorizaron los vinos de acuerdo a la reputación del château del que provenían y también por el precio de venta en el mercado,[1] las cuales eran características que en aquel tiempo estaban directamente relacionadas con la calidad.
El único vestigio que ha permanecido en pie de dicha exposición es el Théâtre du Rond-point des Champs-Élysées, diseñado por el arquitecto Gabriel Davioud, y que originalmente albergó el Panorama Nacional.
Esta fue la primera exposición que incluyó un pabellón dedicado exclusivamente a las bellas artes, y donde participaron alrededor de 28 países con sus obras pictóricas que ascendían la cifra de 5000 pinturas expuestas.