El 19 de julio Edmond Labbé fue nombrado Comisario general del Gobierno Francés; Labbé eligió, entre otros, a colaboradores como Henri Giraud, juntos presentaron al parlamento francés un proyecto consistente para la organización de la exposición.
El proyecto, debido a la crisis económica, se presentó originalmente con un presupuesto austero; además la exposición debía ocupar exclusivamente los alrededores de la Torre Eiffel, hasta el Trocadero y el Campo de Marte.
Los museos, además, se reorganizaron (en cuanto a las exposiciones) y el Hotel de Sagan fue comprado por el gobierno.
Pero los retrasos sufridos hacían albergar serias dudas de que fuera posible inaugurar la exposición en esa fecha, por ello, se hizo trabajar a los empleados tardes, domingos e incluso días festivos.
La exposición estuvo dominada por la dura tensión internacional reinante en ese momento, y la fuerte oposición ideológica del momento, simbolizada en los pabellones de la Alemania Nazi y la Unión Soviética.