Expediciones francesas a Irlanda

Las expediciones francesas a Irlanda fueron una breve incursión de la Francia revolucionaria en Irlanda con el fin de auxiliar a los rebeldes irlandeses que se habían levantado en armas contra el dominio británico.

El resto de embarcaciones, en las que viajaba Hoche alcanzó Bantry Bay apenas un día después, pero, al no encontrar nadie allí, también regresó a Francia.

Para intentar detener el avance franco-irlandés, las tropas inglesas, bajo el mando del General Gerard Lake, se acantonaron en la ciudad de Castlebar, con 6.000 hombres y unas 12 piezas de artillería.

El 15 de septiembre, el general Humbert se vio obligado a rendirse junto a más de 1.500 soldados que fueron hechos prisioneros.

En las costas del Condado de Donegal, la expedición francesa intentó desembarcar el 11 de octubre pero fueron interceptados por una escuadra naval inglesa, muy superior en número que en apenas tres horas infligió una contundente derrota francesa sin que ningún soldado francés consiguiese desembarcar.

Con su muerte, Wolfe tone se convirtió en un mártir más de la causa irlandesa frente a la dominación inglesa.

Wolfe Tone.