En economía se denomina expansión o período de crecimiento a un tiempo durante el cual el crecimiento económico[1] es positivo[2] y significativamente mayor que cero, por oposición a los períodos de recesión (en los que el producto interior bruto, PIB, disminuye) y a los períodos de estancamiento económico (en los que el PIB aumenta, pero muy poco).
En cambio, la segunda se contempla como un tiempo limitado, al final del cual vendrá otra recesión, luego una nueva expansión, y así sucesivamente.
La realización de grandes obras públicas (carreteras, viviendas sociales, instalaciones administrativas y sanitarias) permite aumentar la producción y distribuir la renta, posibilitando que las personas compren más bienes.
[6] Se produce un círculo virtuoso: la aceleración de la inversión genera una distribución de renta adicional a los hogares, lo que aumenta su consumo, e induce aún más inversión para satisfacerlo.
[11] Para luchar contra ella los medios más utilizados son la política monetaria, mediante la elevación de los tipos de interés, y la política presupuestaria que consiste en reducir el gasto público y aumentar los impuestos.