Sus actuaciones despertaron gran expectación entre las clases pudientes, a pesar de sus elevadas tarifas.
Las veladas espiritistas desarrolladas en Varsovia entre 1893 y 1894 inspiraron varias escenas pintorescas de la novela histórica "Faraón", que el literato polaco Bolesław Prus comenzó a escribir en 1894.
[4] En 1888, su protector Ercole Chiaia lanzó un desafío en la prensa para que el psiquiatra Cesare Lombroso estudiara la médium.
Entre otras personalidades del mundo científico parisino, Palladino tuvo ocasión de conocer también a William Crookes, al futuro Nobel Jean Perrin y a su mujer, Henriette; pudo encontrarse con Louis Georges Gouy y Paul Langevin, apenas iniciados en el mundo del espiritismo, y con el hermano de Pierre Curie, Jacques, quien era un ferviente seguidor de su doctrina.
[10] El matrimonio Curie consideraba las sesiones espiritistas como "experiencias científicas", tomando detalladas notas durante el transcurso de las mismas.
Según la historiadora Anna Hurwic, creían poder descubrir mediante el espiritismo el origen de ciertas misteriosas energías que ellos relacionaban con los fenómenos radioactivos.
El insigne científico se había propuesto llevar a cabo ás experimentos "de modo sistemático".
[14] En 1910, el investigador Everard Fielding volvió a Nápoles, acompañado de su amigo William S. Marriott,[15] un ocultista de cierto renombre que había probado el fraude relativo a lo paranormal en artículos del Pearson's Magazine.
Su intención no era otra que repetir algunos de los experimentos realizados por Palladino en Nápoles, dos años antes.
Es por ello que la experiencia americana no influyó en último término sobre la opinión de los investigadores desplazados a Nápoles.