Publicó en otras revistas poéticas de la posguerra española, como Cisneros o Corcel.
Entre 1945 y 1955 publica la mayor parte de su obra poética: Cantos al destino (1945), el clandestino Pueblo cautivo (1945-1946) publicado anónimo, pues contenía una incisiva crítica del régimen franquista, Amor prometido (1946), Contemplación del tiempo (1948), Siempre (1953) y España, pasión de vida (1953).
Sin embargo, la adscripción a la revista Espadaña y a las corrientes poéticas de compromiso social no debe hacer olvidar que Nora abordó otros temas relacionados con la condición humana, como el del amor.
El tono es elegíaco y a veces escéptico, revelando una visión existencialista del mundo.
El poemario constituye una amarga denuncia del pasado, pero también alberga esperanza en el futuro.