Además banquero internacionalmente conocido, fue una autoridad en la flora del estado de Nueva York.
No asistió a colegios, recibiendo su educación en su casa; notándose su pulcritud en la gramática de sus escritos.
Tenía entrenado su oído y discriminaba las especies por su canto.
Entre 1884 y 1885 publica "A Study of the Singing of our Birds" en seis capítulos de los volúmenes I y II de The Auk.
En cambio publica importantes ítems en Addisonia, Rhodora y Torreya, y en el Bulletin of the Torrey Botanical Club.