El cuadro describe a una mujer joven que está arreglando una prenda mientras se encuentra en una desnudez nada disimulada.
Su cuerpo y proporciones están representados de forma inusualmente realista para la época.
En total eran ocho telas entre las que había naturalezas muertas y un retrato de su mujer, Mette.
Supuso un gran éxito para Gauguin, pero respondió que Huysmans no había entendido nada de la pintura, ya que su intención era simplemente expresar una experiencia, y no criticar el modelo de belleza ideal ni impresionar a la burguesía con su atrevimiento.
[5] Previamente Gauguin ya había pintado a su mujer, Mette, cosiendo en una escena doméstica.
No se sabe si fue por las críticas recibidas o porque tenía algún significado personal relacionado con la niñera Justine.
Le servía para abstraerse, pasando largos ratos a solas tocando con notas inconexas y canturreando, aunque también con los amigos.
Su mujer Mette se negó a que el cuadro estuviera colgado en casa, pero cuando Gauguin dejó su familia en Copenhague, el cuadro quedó en poder de Mette hasta que lo vendió, en 1892, al artista danés Philipsen.