La protección a las artes que ejerció Luis XIV fue una faceta de su acción política.
Al trasladar allí la corte (1682), se alejó de la insalubridad y las intrigas de París, y pudo controlar mejor a la nobleza.
Las fuentes de los motivos eran italianas y antiguas (Rome victorieuse, gracieuse, Jules César, etc.) Los panneaux tenían un estilo característico: podían ser échancrés en las cuatro esquinas, en las dos superiores y cintrés o incluso cintrés à ressauts.
En el cambio de siglo, las composiciones Boulle se impregnaron del estilo del gran decorador Jean Bérain que, junto a Pierre Lepautre, aportó una nueva viveza a las artes decorativas, liberándolas del clasicismo solemne exigido por Le Brun y evolucionando hacia el estilo Regencia (ya en época del Rococó).
El mueble más característico del estilo Luis XIV fue el fauteuil ("sillón"), además de camas, consolas (con dos o tres filas de cajones, un modelo creado en los años 1690), mesas, espejos, guéridons (tableros redondos con trípodes de madera finamente esculpida y dorada, también llamados torchères) y los grandes armarios (de planta rectangular, cornisa saliente y molduración compleja).